1 de noviembre de 2007


Hoy viajé en el tiempo. Sentia esa necesidad. De recordarte, de descubrirte. Me puse a leer tu pasado. Desearía robarte esas palabras, moldearlas con la facilidad con que lo haces tú. Desearía poder sacar lo que siento como lo haces tú. Pero no lo sé hacer. Sabes que soy más visual que literaria. Sabes que viajo más hacia adentro que hacia afuera. Pero no por eso siento menos, al contrario...

Revolviendo tu pasado me reencontré con el mio propio.
Hace tiempo me enamoré de ese poeta herido, de ese corazon frágil y endurecido.
Sentía la necesidad de llevarme ese dolor. No debía estar ahí. Jamás lo mereciste.
Sentía la necesidad de curar esas heridas, de lavarlas y cuidarlas, de borrarlas para siempre.
De mostrarte que aún había esperanza. Que vale la pena. Que tú vales la pena.

Y aguardé... aguardé pacientemente, aunque mi corazón aullaba de dolor, por tu dolor. Intenté seducirte, distraerte. Intenté que desviaras la mirada de la tormenta y miraras al sol. Sufrí en silencio, ignorada, sin que te dieras cuenta. Pero mi dolor valía la pena, porque buscaba quitarte el tuyo. Y entonces no me rendí. Pero no por mi, si no por ti. Allí estaba yo, intentando que no caigas, cayendo yo en tu lugar. Pero tu no lo sabías.

Hoy puedo ver luz en tu mirada. Era todo lo que quería. Eso, y a ti a mi lado, a curar mis propias heridas.

Hoy, tu alegría es mi alegría. Y tu tristeza también, porque es sana. Porque te oyes diferente, te ves diferente, te sientes diferente. Ya no eres el poeta herido del que me enamoré hace tiempo. Eres un pájaro en libertad del que estoy enamorada ahora...

Es la primera vez que escribo algo del estilo. A tu lado, es la primera vez de muchas cosas en mi vida... Me inspiras un renacer de Fenix, cuyas lágrimas curan todo...

1 comentario:

Mário dijo...

Estoy sin palabras mi amor...
Te quiero Boluda